En la mitología escandinava, el Kraken era un monstruo marino similar a un pulpo gigante, de varios metros de longitud, cuyas largas extremidades podían atrapar, desde peces hasta barcos.
Gracias a su adaptabilidad a los cambios tecnológicos y a su compatibilidad con múltiples formatos, Kraquen es la mejor opción para la integración y preservación de acervos.